Seguro me siento a tu rostro mirando, como si la excusa buscada al fin estuviera ahí, lista para ser escrita, plasmada en tu cara, pero cual excusa, que plasmar, ¿hay acaso algo para escribir? Un medio para desahogar tal vez, pero de tu eficacia me quedan dudas, ya que en otros tiempos un poco mas primarios, tus pieles fueron siempre manchadas con oraciones fatuas con expresiones inertes al igual que ahora probablemente, donde con seguridad me encuentro escribiendo todo lo que pasa por mi mente.
De la herramienta que otrora era espada erguida lista para ser blandida, no queda mucho ya, queda el recuerdo que permanece siempre grabado en el cuerpo.
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