sábado, 1 de enero de 2011

Sakki

Se acerca el momento..., ahora lo siento. Los días han pasado, los veranos, los inviernos, hasta hoy que estoy acá tres o cuatro años más viejo, con más experiencias, con mas polvo en el intelecto. He visto más cosas, he vivido más momentos, pero alrededor todo sigue como siempre, como una eterna danza, simple y permanente.
De que se acerca el momento?........, no lo se pero se que se acerca, está ahí, silencioso en el vacío, solo puedo sentir su presencia. Es sutil, no está muerto, pero con seguridad se que no lo siento, no en el sentido tradicional de sentir, no como se siente una picadura o un pinchazo, no es de sentir tampoco, es mas bien como de aliento, como se siente el cuerpo en presencia del amor.
Como recuerdo ese momento, aquel primer momento, aquel rayo que me fulmino, de la cabeza a los dedos de los pies, aquel temblor frenético que nace como una pequeña explosión en el centro del estomago, sin que un solo nervio haya sido atacado, aquella explosión que se expande y sube por la espina dorsal hasta hacer temblar las piernas, los brazos, la espalda, y el corazón, todo al mismo tiempo. La explosión que hace temblar las piernas sin que estén cansadas, fatigadas, dormidas o muertas. Así mismo lo siento en el aire..., en el silencio.
Sin embargo, ya no hay la ansiedad de días pasados, la tristeza y la ansia, el miedo permanente que sentía al cambio , a lo desconocido. Esa epoca pasó, ahora esta sensación es distinta, ahora siento el viento y siento que me habla, pero no como hablan dos humanos, no con palabras ni con gestos, ni con señas ni con cuerpos, es un lenguaje mudo, sordo, ciego. Pero ahi está palpable e infinito, en todas partes y a la vez muerto.
Los momentos son eternos, esos pedazos de infinito que se quedan estáticos en la memoria, pero que viven ahi para siempre con este mismo lenguaje que ahora intento describir sin éxito.
Ahora se que no hay nada que temer, el miedo no me vence, mi corazón ya no se encoge ante el sonido del tambor. Ahora bien por el contrario, cuando siento que se aproxima este fantasma, siento el corazón vibrar pero no hay dudas, esta vez la liberación es total.
Tal vez la mejor forma de explicar este momento, es dejar vacío el texto, su utilidad tal vez dependa de eso.